Nadie duda de que las latas de comida son una de las formas más populares de envasar y conservar alimentos. No obstante, a pesar de tenerlas muy cerca todos los días, materiales como la hojalata -utilizada en los envases que fabricamos en Auximara- no gozan de la misma popularidad que otros tipos de packaging. Posiblemente, esto es fruto del desconocimiento que hay sobre ellas y, por esta razón, es necesario transmitir a los consumidores que al comprar una lata están adquiriendo un envasado sobresaliente.
¡Aquí cinco cosas que permiten conocerlas mucho mejor!
Las latas de comida no son todas iguales
En primer lugar hay que señalar que las latas pueden ser de diversos materiales como el aluminio o la hojalata. Y luego está la composición del propio envase: las de refrescos, por ejemplo, son mucho más ligeras que el packaging que empleamos para alimentación o aceites.
Además, hay algunos tipos de latas que se tratan de forma especial en función del alimento que van a contener. Un ejemplo concreto: las latas de tomate tienen un revestimiento especial para evitar que la acidez del tomate corroa el propio envasado, mientras que las latas de conservas de pescado se trata para evitar que la comida pierda o modifique su sabor.
Es un material totalmente reciclable
A pesar de que su apariencia es, efectivamente, metálica, las latas de comida son totalmente reciclables y más sostenibles de lo que mucha gente piensa. Y debemos alegrarnos de que en Europa y en España se hayan alcanzado altísimas tasas de reciclado de latas (que superan ampliamente el 80%). De hecho, sus materiales son de los más reciclados del mundo y se pueden reciclar una y otra vez sin perder su calidad. ¿Quieres más información sobre la sostenibilidad del packaging metálico?
Mucho ojo con las latas abolladas
¿Las latas de comida son peligrosas si están abolladas o dañadas? Mucho se ha hablado al respecto de este tema, algo que nos parece lógico teniendo en cuenta que es un asunto de seguridad alimentaria.
Mitos a un lado, lo cierto es que se ha demostrado que las latas abolladas pueden entrañar cierto peligro, pero siempre en función del tamaño de la abolladura y de la zona del envase en la que se haya producido el desperfecto. ¿Por qué ocurre esto? Porque en función de la localización del desperfecto el alimento puede entrar en contacto antes de tiempo con el aire u otros microorganismos que lleguen a desembocar en una intoxicación alimentaria.
Sí, el packaging metálico tiene vida útil
Una cosa es decir que las latas de comida se puede reciclar de forma infinita y otra muy diferente que no tengan una vida útil determinada. No son eternas en el sentido de darles un uso concreto. Generalmente, tras dos años ‘en servicio’ la calidad del alimento comienza a deteriorarse y perder calidad.
Aunque las latas de comida pueden durar mucho tiempo, no son eternas. La mayoría de las latas de alimentos tienen una vida útil de alrededor de dos años. Después de eso, la calidad del alimento puede deteriorarse y correr el riesgo de contraer una infección alimentaria. Es vital mirar siempre las fechas de caducidad y consumo preferente.
Las latas de comida son resistentes al calor
Otro de sus atributos más destacados es que las latas de comida son resistentes al calor. Esto significa que, por ejemplo, las puedes calentar en un camping gas, aunque teniendo siempre un cuidado extremo porque el metal ya sabemos que es conductor del calor. Manejarlas de forma incorrecta puede implicar daños.
Bonus extra: las latas se personalizan para las marcas
El packaging desde siempre se ha utilizado como vehículo para comunicarse con los consumidores. Y eso es precisamente lo que también se puede hacer con un envase metálico: en Auximara personalizamos las latas de nuestros clientes para que sean capaces de destacar en los lineales de los supermercados y funcionen como auténticos soportes de marketing que transmitan los valores de la marca e información importante para el consumidor.
