La venta de productos al consumidor tiene muchos aspectos. Ya no se trata solamente de tener un buen género; hay que conseguir la atención del público, ya que mucho de lo que se expone en los centros comerciales y tiendas entra primero por los ojos. Teniendo en cuenta esto veremos cómo un packaging personalizado conecta con el usuario.
Para tener éxito en la empresa hace falta trabajar los pequeños detalles; todo puede ser importante y no se debe dejar nada al azar.
No solamente tener una buena producción es necesario, también hay que saber vender aquello a lo que nos dedicamos.
Actualmente el packaging es una tendencia y el consumidor se fija mucho en los detalles. Si un producto, objeto, alimento, joya, perfume, etc no está en un envase apropiado suele pasar desapercibido, aunque su calidad sea digna de ser apreciada.
El usuario busca en este mercado tan competitivo aquello que destaca y lo hace desde el principio, comparando hasta los envoltorios entre sí.
Y, en este sentido, no podemos quedarnos atrás o la empresa pierde sus objetivos que son competitividad y productividad.
El envase, un atractivo más para el usuario
Uno de los regalos que están más de moda actualmente son los lotes de conservas gourmet junto con otros alimentos y bebidas, por lo cual es ideal contar con un diseño atractivo de producto, que llame la atención por su cercanía al público, por despertar su interés y captar su atención, no solo de manera física, sino también psicológica.
Cuenta mucho el tipo de envase en el que se ofrece un producto, especialmente alimenticio, porque hay que tener en cuenta muchos criterios y uno de ellos, de los más importantes, es el de la sostenibilidad.
Precisamente por ello, las latas de conserva son un excelente ejemplo de reciclaje que el público valora muy considerablemente.
Este es un punto a favor para conseguir que el consumidor se decida por este modelo de packaging; si, además le damos un toque original que resulte atractivo para él tendremos mucho ganado con nuestro producto.
El packaging personalizado
Una de las tendencias más atractivas para el usuario es encontrar un packaging personalizado. De alguna forma es darle un plus al contenido que se encuentra en el interior del envase (por ejemplo, un excelente aceite de oliva virgen extra, contenido en una lata de metal ingeniosamente diseñada y decorada).
Y es que personalizar una etiqueta, un envoltorio, una lata… convierte ese objeto en un regalo y muchos compradores lo adquieren con esa intención, para obsequiarlo a algún familiar, amigo o conocido.
No solo hay que tener en cuenta este aspecto, también es preciso añadir que el marketing es muy importante y con este sistema el fabricante se diferencia de la competencia en los estantes de los comercios y grandes superficies.
De esta forma, la imagen de marca queda excelentemente representada, porque incluso después de haber terminado su vida útil, ese recipiente no será desechado, sino que permanecerá en poder del usuario para darle otro uso con lo que sus prestaciones se alargan revalorizando el branding.
Los responsables de marketing de las empresas creen que una personalización en el envase de metal crea un mayor engagement con la marca, se consigue fidelizar al cliente y se aumentan las ventas.
Un packaging enfocado desde este punto de vista mejora la experiencia de cliente y esto para el usuario es una vivencia que queda grabada en su mente de tal forma que cuando quiere volver a consumir ese producto, lo más normal es que vuelva a comprar la misma marca.
¡Ah! Y otra cosa importante para los productores es que la personalización no resulta más cara; por el contrario, tiene unos costes muy competitivos que permite asumir los precios de este packaging.
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