latas para productos carnicos

El consumo de conservas de carne en lata se ha convertido en un recurso tan útil como el resto de los alimentos que vienen en este tipo de envasado metálico, pero con este producto ocurre lo que pasó en su momento con los pescados enlatados: ¿es bueno su consumo? ¿tiene riesgos? ¿es mejor el pollo de una lata o el pollo al corte? Todas estas preguntas tienen respuestas y las abordamos a continuación. 

¿La carne en lata es algo nuevo? 

Realmente la carne en lata no es algo nuevo, ya que en los lineales de los supermercados se encuentran desde hace tiempo opciones cárnicas enlatadas como albóndigas o salchichas. La clave de esta nueva ola de popularidad es que las cadenas de supermercados más conocidas del país se han lanzado con un nuevo segmento: la carne sin elaborar, es decir, ahora mismo se puede adquirir pechuga de pollo o de pavo en lata y añadirla a la receta que nosotros queremos elaborar. 

 

¿Y es malo este pollo enlatado? 

Como cada vez que abordamos el consumo de alimentos conservados en packaging metálico, es necesario hacer una serie de aclaraciones: la carne en lata no es mala per se. Al consumidor hay que informarle de que la puede comprar y comer sin problemas y de que incluso existen análisis que han determinado que muchos productos enlatados tienen más propiedades que aquellos que compramos frescos pero se elaboran luego en casa.

En cuanto a la calidad, resulta obvio que las conservas de carne en lata nunca pueden sustituir a la pechuga de pollo al corte de una carnicería, pero eso no impide que se vea como una opción perfectamente válida y sin riesgos para tener en la despensa y poder utilizarla, por ejemplo, cuando no ha dado a tiempo a cocinar y no se quiere caer en la trampa del fast food. 

Los nutricionistas, por su parte, recuerdan también que el pollo en lata puede ser perfecto para llegar al consumo de proteína diario y que, realmente, lo preocupante siempre serán los ingredientes: en los lineales se puede comprar sin problemas opciones que solo llevan pollo, agua y sal. Teniendo controladas las marcas que abusan tanto de la sal como del azúcar, el consumidor no debería preocuparse en exceso. 

¿Y qué pasa con las latas? 

Ya lo hemos mencionado a lo largo del artículo: con las conservas de carne en lata pasa algo a lo que estamos acostumbrados. No se pone tanto en duda la calidad del producto sino más bien el packaging. Y aquí entran en juego otra serie de valoraciones importantes como el hecho de que nadie debería basar su alimentación diaria en comidas que vengan enlatadas, en frascos, conservas, etc. Es evidente que las opciones frescas siempre son la primera opción. 

Y en relación a la verdadera preocupación que hay con las latas, desde Auximara ya lo hemos explicado en alguna ocasión: el Bisfenol A (BPA) es el compuesto químico que realmente preocupa a los que compran latas. Sobre el tema debemos explicar que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) o la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ya indicaron que las pequeñas cantidades de BPA presentes en las latas no suponen «ningún riesgo para la salud de los consumidores de ningún grupo de edad».

Se trata de una sustancia ampliamente regulada y muy vigilada. En el caso concreto de las latas para productos cárnicos que fabricamos en Auximara presentan unos niveles muy inferiores a los fijados en las estrictas normativas vigentes fijadas por los reguladores del EFSA y de la FDA, además de que disponemos de especificaciones BPA NI para atender las necesidades de cualquier cliente que así lo pueda solicitar.

 

¡Consulta con nuestros especialistas si tienes cualquier duda al respecto y te podemos ayudar a encontrar la mejor lata para tus productos cárnicos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Add to cart