El debate hace ya tiempo que se cerró: comer latas de conserva, en una medida adecuada y teniendo en cuenta una serie de recomendaciones, no es malo para la salud. De hecho, algunos beneficios como los que relacionan el consumo de pescado enlatado frente al cáncer de colon ya dejan entrever elementos muy positivos que no siempre han estado en el imaginario de la gente. No obstante, como ya hemos dejado caer, abrir y consumir una lata de conserva también implica conocer cómo hacerlo. De la misma manera que los consumidores saben que algo descongelado no se puede volver a congelar, hay que hacerles ver que, por ejemplo, una conserva abierta ya no es una conserva.
¿Las latas de conserva tienen fecha de caducidad?
De todos los temas vinculados a comer latas de conserva, hay uno especialmente relevante: la fecha de caducidad. Los alimentos que se envasan en el packaging metálico que fabricamos especialistas como Auximara están cerrados de forma hermética y, por supuesto, esterilizados. Gracias a este tipo de procesos, la caducidad de las latas de conserva no es un problema porque generalmente no existe. Lo que sí se puede ver impreso en las mismas es una fecha de consumo preferente, que indica el umbral a partir del cual el alimento del interior comienza a perder sus propiedades.
Consejos prácticos a la hora de comer latas de conserva
La seguridad alimentaria es una cuestión que nos afecta a todos, pero mientras los consumidores tienen perfectamente interiorizados los procedimientos básicos de la congelación o la conservación de alimentos frescos como fruta y verdura, todavía hay muchas dudas (que generalmente no se comunican bien) acerca de, por ejemplo, cómo conservar una lata de atún abierta o cuál es la forma correcta de guardar lo que no te comes al abrirla.
A este respecto, aquí van una serie de consejos:
- A la hora de comer latas de conserva es preferible seleccionar el tamaño adecuado a las raciones que vas a consumir, así no tendrás el problema de las sobras.
- Como ya hemos mencionado, desde el momento que se abren ya no se les puede llamar «conservas». Cuando se abren ya se pierde la atmósfera protectora y el contacto con la luz y el aire empieza a restar vida útil al alimento. Por lo tanto, lo adecuado es guardar la comida sobrante en un recipiente diferente a la propia lata.
- ¿La lata está abollada? Preferiblemente no se debe comprar. No es una buena señal.
- ¿La lata está sucia por fuera? Eso no implica ningún problema, pero es necesario limpiarla bien antes de abrirla.
- Si el fabricante indica unas instrucciones de preparación, hay que seguirlas. Es la única forma de tener garantías de que el consumo será seguro y de que aprovechamos todas las propiedades del alimento.
- Hablando de propiedades, el líquido que acompaña a las latas de conservas tiene mucho valor nutricional. Una gran idea es no tirarlo y aprovecharlo ahí donde sea posible. En las ensaladas, por ejemplo.
- En el caso de preparar un picoteo con latas de conserva, es mucho mejor trasvasar el contenido a platos normales y no estar comiendo directamente la lata.
Teniendo en cuenta las recomendaciones generales que aquí hemos plasmado y las que pueda indicar un fabricante en las recomendaciones de consumo, comer latas de conserva es una deliciosa costumbre, que no implica riesgos y permite tener siempre al alcance de la mano opciones sanas y recomendadas para comer o cenar, tanto en el día a día como a la hora de organizar una cita familiar o de amigos.
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