Antes de avanzar en este artículo cabe una aclaración importante: no hay nada más sano que basar tu alimentación en productos frescos y mínimamente procesados. Dicho esto, lanzamos otra conclusión de relevancia: las latas de conserva son perfectas para crear auténticos platos de autor y para ayudarte a lograr el objetivo de llevar una dieta saludable. Acerca de este tipo de latas y la comida de su interior se han dicho muchas cosas, pero la gran mayoría ya se pueden desmentir.
¿Por qué las latas de conserva pueden ser grandes aliadas?
Por una razón de mucho peso: los alimentos conservados en ellas conservan intactos todos sus nutrientes, las vitaminas y características organolépticas. Por mucho que la sabiduría popular diga lo contrario, las propiedades de las conservas no se alteran por estar en una lata metálica. De hecho, ya no solo interesa el propio alimento, puesto que el líquido también comienza a verse como lo que es: un complemento y condimento perfecto para decenas de platos.
Su versatilidad las ha elevado a lo que siempre deberían haber sido: un elemento de despensa imprescindible. Caballa, bonito, atún, anchoas, guisantes, espárragos, pimientos, maíz… Con unas cuantas de estas bien aseguradas en un armario tendrás más de un plato sano y equilibrado solucionado. Para esos días en los que todo parece que se debe hacer con prisa, son una bendición.
¿Cómo elegir las mejores latas de conserva?
Los más de 40 años de experiencia de Usisa son una buena referencia para tener en cuenta sus consejos a la hora de elegir. ¡Toma nota!
Su primera recomendación habla, como no podía ser de otra manera, de la materia prima. «La calidad del producto influye en el resultado final. Si no te quieres llevar una desagradable sorpresa, opta por marcas de conservas conocidas por su uso de ingredientes de primera gama», relatan.
Por otro lado, justo al principio hemos hablado de los alimentos procesados de más. Y una lata de conservas también puede serlo. «Es importante asegurarte de que la lata no lleva ningún ingrediente de más», confirman desde Usisa. Es decir, hay que optar por conservas hechas con aceite, tomate, agua o sal.
Por último, no nos podemos olvidar de la garantía de seguridad alimentaria: «las conservas de pescado se elaboran según las políticas de calidad y seguridad alimentaria establecidas por cada empresa», así que puedes recurrir a los correspondientes fabricantes (su web, por ejemplo) para corroborar que cumplen con las mayores exigencias.
No le temas al líquido de cobertura
El llamado técnicamente líquido de cobertura es prácticamente lo primero que tira todo el mundo de una lata de conservas. Y no debería ser así. A pesar de su mala fama (injustificada), generalmente está compuesto exclusivamente por aceite de oliva (o agua) y sal. Y ya está. Nada más.
Históricamente se tiende a pensar que son un conservante artificial, pero nada más lejos. Los alimentos se conservan bien en las latas porque se les somete a un proceso de esterilización, así que no requieren de nada más para mantener sus correctas propiedades. Bueno, matizamos: el líquido les ayuda y además agudiza el sabor de la conserva que tienes entre manos. Así que dale rienda suelta a tu imaginación y empieza a utilizarlo en tus platos.